(Columna publicada en el semanario GENTE, del grupo El Colombiano, el 6 de agosto de 2021)
A estas alturas de la vida, no pocos siguen
pensando que la cultura se refiere solamente a las artes y que culta es la
persona que disfruta de ellas, es decir, la que asiste a teatro, exposiciones,
conciertos y recitales.
La cultura, en su definición amplia, es un
complejo que incluye conocimientos, creencias, artes, artesanías,
religiosidades, rituales, fiestas, folclor, costumbres, hábitos… Este complejo es
creado y enriquecido por la comunidad y aprendido por los individuos por el
solo hecho de pertenecer a ella.
Por eso, que Envigado cuente ahora con
Secretaría de Cultura es una gran noticia. Una entidad aplicada, más que a
preservar como en urna de cristal, a desarrollar la identidad cultural del
municipio. Ocupada en conocer el patrimonio material e inmaterial, en estimular
la creación artística y artesanal de los habitantes, y en promover un continuo
diálogo con otras culturas.
No exijo mucho a mis neuronas al considerar
que las actividades de esta dependencia pueden ser las que convoquen con más
comodidad a los envigadeños. Total, es imposible encontrar un individuo aislado
de la cultura: si no lo tocan las artes plásticas, lo hacen las artesanías; si estas
tampoco, entonces la música; y, si ni siquiera esta, entonces asiste a rituales
o fiestas. Además, practica costumbres semejantes a las de los otros. Ni
Robinson Crusoe, que vivió solo en una isla, pudo sobrevivir sin el legado
cultural que había aprendido antes del naufragio.
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