miércoles, 26 de abril de 2023

Mejía Vallejo, cien años

(Columna RÍO DE LETRAS publicada en el diario ADN, semana del 24 al 29 de abril de 2023)



Al pensar en el centenario del nacimiento de Manuel Mejía Vallejo, advertimos que en 2023 hay, en torno a él, otras cifras redondas: 25 años de muerte, 60 del premio Nadal por El día señalado, 50 del premio Vivencias por Aire de tango...


Mejía Vallejo no solo es uno de los autores más refinados de nuestra literatura; es un escritor fundamental. Como si hubiera sido su misión, contó la colonización antioqueña tardía, la de los siglos XIX y XX. La tierra éramos nosotros y La casa de las dos palmas son ejemplos de esta narrativa. Se ocupó de un tema crucial: La Violencia. En El día señalado, los campesinos viven en zozobra por hostilidades de los guerreros y José Miguel Pérez va sintiendo el cerco del miedo. Narró el fenómeno de la migración de la población campesina a las ciudades en Al pie de la ciudad y Aire de tango.


Una vez su viuda, Dora Luz Echeverría, me reveló que entre las obras ella prefiere Las noches de la vigilia, “porque en esta hubo un cambio en su literatura: empezó a combinar aspectos oníricos, poéticos y surrealistas que siguieron apareciendo en las demás obras”. Sí, como en Los invocados, en la que los personajes de La casa de las dos palmas, decadentes unos, muertos otros, persiguen recuerdos que a veces confunden con lo que hubieran querido que sucediera.


Ese Manuel no solo narraba; “cantaba”. Poemas, décimas y coplas poseen una musicalidad difícil de hallar en otro creador.


        Como la abeja,

        el hombre se debate

        contra el vidrio.

        Con una diferencia:

        no hay vidrio.

        —Llegó la muerte.

        —Que entre, ya me visto (…).


viernes, 21 de abril de 2023

Quién se aburre

(Columna publicada en el periódico GENTE, del grupo El Colombiano, el 21 de abril de 2023)



No me digan que la vida en la Tierra es aburrida. Peligrosa, sí. En extremo. ¿Pero aburrida? Si estuviera en el negocio de recomendar planetas para vivir o veranear, expondría a mis clientes esta idea con franqueza.


Si manifestaran odiar los sustos, les ofrecería un monasterio en la región polar de un exoplaneta de Alfa Centauro del que pocos tienen noticia. Pero si lo suyo fuera la adrenalina, les diría: Se la tengo. En el tercer planeta del Sistema Solar, los guerreros y malvados se cuentan 90 a 10 frente a los bondadosos… o, ni siquiera digo bondadosos, aquellos que no se meten con nadie. Hasta el clima, les contaría, es una experiencia extrema. Inundaciones, huracanes, sequías... Al menos unas vacaciones inolvidables se animarían a pasar.


En la Tierra, incluso la forma de anunciar lo porvenir ha sido espectacular. Primero, los profetas (“Y prenderé fuego en su bosque que consumirá todos sus alrededores”); después, los oráculos (“El amor al dinero y nada más arruinará a Esparta”). Más tarde, las adivinas. En periódicos salen sus predicciones, especialmente para Año Nuevo ("… y morirá un líder mundial").


Los avisos se remozan. Van a tono con la época. Hace pocos días, un autoproclamado viajero del tiempo, Eno Alaric del año 2671, advirtió la erupción de un volcán, tal vez en Norteamérica. “Sucederá el 18 de julio”. Redes y medios replican su mensaje.


A quien encontrara tedioso todo esto, le diría: no pierda la fe, algo se me ocurrirá para ofrecerle.

miércoles, 19 de abril de 2023

María Kodama

(Columna RÍO DE LETRAS publicada en el diario ADN, semana del 17 al 22 de abril de 2023)



María Kodama.
Foto: Secretaría de Cultura
de la Nación Argentina

Si María Kodama hubiera sido un lazarillo que acompañara a un ciego para evitar tropezones y caídas, y se hubiera comportado apenas mejor que el de Tormes, ese personaje de novela picaresca que le robaba el vino al invidente y lo ponía directo a un poste de piedra para que chocara o a la parte ancha del arroyo para que se sumergiera, solo con eso, digo, bien merecería bogar en este Río de Letras.


Muerta el pasado 26 de marzo, a los 86 años, María Kodama estuvo al lado de Jorge Luis Borges por mucho tiempo. Después, cuando él murió, siguió cuidando su memoria como una forma de mantenerlo vivo. No debe haber sido fácil acompañar y darle la talla a un genio que no habitaba un sitio concreto en el mundo real. “Lee otra vez, María, este libro, este párrafo, esta palabra”, parece que lo oyéramos decir.


Los méritos de Kodama no son solo el haber acompañado y amado a alguien. Ella dedicó su vida a escribir, estudiar lenguas y traducir. Colaboró con Borges en los libros Breve antología anglosajona (1978), y Atlas (1984), testimonio de los viajes que realizaron juntos por el mundo. Con Claudia Farías escribió el libro La divisa punzó, de historia argentina.


En el cuento “Leonor”, incluido en Relatos, que intenta describir las alucinaciones de una niña, Kodama escribe:


“Debía estar quieta y callada para que nadie se fijara  en  ella,  así  cada  atardecer  podría  proyectar  su  mundo,  al  que  tendría  acceso definitivamente,  sólo  cuando  recordara  las  constelaciones,  porque  ellas  le  indicarían  el recto rumbo de su vida.”

viernes, 14 de abril de 2023

Discriminación

(Columna publicada en el periódico GENTE, del grupo El Colombiano, del 14 de marzo de 2023)



A los humanos se nos va la vida en discriminar. Por eso, el 21 de marzo fue Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial. Esta fecha fue decidida por la Organización de Naciones Unidas para que recordemos que no hay razas superiores ni inferiores a otras.


La racial es una de las formas de exclusión más notorias, pero no es la única. También separamos a las personas extranjeras, las homosexuales, las de estatura baja, las que tienen poco, las de cierta edad, las gordas, las raras... Y la violencia se desata.


Walther Otto Müller, 1887

Y no solo discriminamos a nuestros congéneres. A todo lo que existe en el universo. Animales, plantas y minerales. Porque, según la tesis absurda que viene desde antiguo, los humanos somos mejores y más importantes que ellos. ¿Por qué? Vaya uno a saberlo. Dentro de cada conjunto, a unos los discriminamos más que a otros. Respetamos al caballo y nos burlamos del burro; apreciamos la mariposa —aunque esto no la libre de terminar ensartada en un alfiler— y desdeñamos los grajos. A otros, como los murciélagos, los cucarrones y los gatos negros, los apartamos porque son “de mal agüero”. Y entre las plantas, apreciamos más una rosa que un diente de león.


Y la tendencia discriminativa raya en lo ridículo. Vetamos unas partes del cuerpo humano, por pudor o por tabú. Mencionamos con tranquilidad las orejas, pero no las nalgas ni los senos, e inventamos palabras ridículas para remplazar sus nombres. ¿Ah?

miércoles, 12 de abril de 2023

Ideas medievales

(Columna RÍO DE LETRAS publicada en el diario ADN, semana del 10 al 15 de abril de 2023)



Se cumplen 570 años del fin de la Edad Media. Milenio que, apreciado desde hoy, se antoja mágico.


Dante Alighieri

Este adjetivo le ajusta, si nos detenemos a pensar, por ejemplo, en la brujería, llamada por los autores de entonces la vieja ciencia. Viene a la mente la figura del mago Merlín, gracias a extraordinarias narraciones de hazañas al lado del rey Arturo… pero también la despiadada Inquisición que perseguía y mataba a los que eran diferentes. Las Cruzadas, unas guerras auspiciadas por una iglesia en expansión, que buscaban recuperar para el cristianismo las regiones del Oriente próximo, conocido como Tierra Santa. El surgimiento del amor cortesano y los ideales de caballería.


La visión de aquella época nos llega por la historia, claro, pero con detalles, por la literatura. Los cantares de gesta, que divulgaban proezas de héroes y campeones, como el Cantar del Mio Cid; los libros de caballerías, como El Amadís de Gaula, y otros géneros.


En fin, si tuviera que elegir la obra más importante de este período diría: la Divina Comedia de Dante Alighieri. Respira teocentrismo y resume el imaginario cristiano de Cielo, Purgatorio e Infierno que aún pervive. En ella, el Poeta Supremo se venga de quienes lo han condenado al exilio, y denuncia a los corruptos de diversas épocas, incluidos papas, gobernantes y reyes. Y hace justicia, al someterlos a los castigos infernales. Por supuesto, premia a los bondadosos como Beatriz, su amor platónico, con el Paraíso.


La edad Media es una fuente de fascinación sin par. Literatura y cine siguen sacándole provecho.