viernes, 27 de mayo de 2022

Vote bien

(Columna publicada en el periódico GENTE, del grupo El Colombiano, el viernes 27 de mayo de 2022)



Usted puede tomar una decisión importante: leer. Si opta por la lectura nunca se arrepentirá. Jamás le quedará la sensación de haberse equivocado. No crea que hago proselitismo solo por la literatura, a la que estoy ligado. Claro, si planea votar por esta, hágalo. No se defraudará.


Si no tiene la lectura en sus costumbres y, por consiguiente, no sabe escoger, solo piense qué le apasiona. Si prefiere que le cuenten aventuras de personajes enfrentando la naturaleza, elija a Joseph Conrad. Su novela Tifón promete —y cumple— mantenerlo en vilo siguiendo la travesía de un navío a vapor por mares huracanados de china.


Si le gusta que le hablen de amor, escoja a García Márquez. Su propuesta El amor en los tiempos del cólera es convincente y grata. Si disfruta la historia, decídase por Stefan Sweig. Su María Antonieta muestra a una reina frívola que atizó con su comportamiento la llama de la Revolución francesa.


Otros candidatos son divulgadores de ciencia. Vote por Carl Sagan. Su libro Cosmos es uno de los más bellamente escritos sobre la relación entre los humanos y el universo… Puede también optar por autores y libros distintos a los de siempre: sus obras literarias, de investigación o reflexión tendrán su mente en acción.


Hay algo más. No se asuste por el volumen del libro. No hay prisa por terminarlo. El tiempo de lectura no termina a las cuatro. Hay una fila de días y noches para continuar en su compañía.

miércoles, 25 de mayo de 2022

Investigación

(Columna RÍO DE LETRAS publicada en diario ADN semana del 23 al 28 de mayo de 2022)



Las novelas son como tesis, en el sentido en que el escritor sostiene una hipótesis y trata de demostrarla con los recursos que brinda la narratología.


En Milan Kundera y Fernando González, por ejemplo, este asunto, el de la tesis, se detecta fácil, porque sus creaciones son lo que uno podría llamar novelas ensayo. Ellos reflexionan sobre el asunto de interés, digamos en uno, la inmortalidad como deseo y como destino; en otro, la potencial grandeza de los latinoamericanos. Exponen, explican, argumentan y, cuando llega el momento de ejemplificar, acuden a escenas en las cuales sus personajes confirman lo expresado. Distinto a estos, en la mayoría de los autores no es tan evidente.


Cuando un autor investiga una materia para escribir una novela, se torna, poco o mucho, en especialista. El escritor se documenta en dos fuentes: su propia experiencia, que sitúa fuera de sí, la ausculta como si fuera ajena y la revisa en detalle como si la pusiera en un microscopio. Otra, el mundo externo, mediante la observación de las vidas ajenas, la lectura de libros y documentos.


Por estos días le preguntan a Orhan Pamuk sobre pandemias, porque escribió Las noches de la peste. A nuestra Piedad Bonnett bien pueden preguntarle sobre el dolor por la pérdida de un ser querido. Así, al tiempo que a los creadores se les indaga por sus métodos y técnicas, se les inquiere por la especialidad que han adquirido. Lo suyo es un esfuerzo por comprender un asunto para dar luces, desde el arte, sobre su esencia o funcionamiento... O para generar más preguntas.

viernes, 20 de mayo de 2022

Madres

(Columna publicada en el periódico GENTE, del grupo El Colombiano, el viernes 20 de mayo de 2022)

 


Las madres, todas, tienen en común que merecen amor, respeto y cuidado. Y que atentar contra ellas es hacerlo contra nosotros mismos.


La Madre Tierra es una de ellas. Su día pasó sin que le diéramos un regalo fabuloso; ni siquiera un presente sencillo. Sin que gobernantes y ciudadanos nos comprometiéramos seriamente con el buen trato al planeta. Para esta madre disponemos —gobernantes y ciudadanos— de una sarta de expresiones prefabricadas, repetidas, hipócritas y vacías, listas a señalar la necesidad de proteger el planeta. Seguramente olvidamos que al maltratar a la Madre Tierra, a la Naturaleza, los más perjudicados somos quienes dependemos de ella. Al herirla, nos herimos; al matarla, nos matamos.


Otra es la progenitora biológica. Para la mamá, afecto y reconocimiento, por supuesto. El respeto hacia ella no implica tratarla como a una tonta, ni como a una niña, ni negarnos la posibilidad de pensar diferente ni de expresarle ideas diversas en diálogo franco y cordial.


De la expresión “madre patria” han abusado tanto… La usan políticos demagogos en su propaganda oportunista. Al oírla, la sentimos ridícula o por lo menos insincera. Desconfiamos de quien la emite.


Importancia tienen también las células madre, por el potencial de formar muchos de los tipos de célula del organismo. La medicina tiene en ellas un gran recurso.


A otra madre que debemos respetar y cuidar bastante es la de la uña. Se recomienda no cortarla, porque el dolor de madre está entre los insoportables.

miércoles, 18 de mayo de 2022

Nostradamus

(Columna RÍO DE LETRAS publicada en el diario ADN en la semana del 16 al 21 de mayo de 2022)

 


En Italia celebran el hallazgo de unos manuscritos de Las Profecías de Nostradamus. La verdad, los encontraron hace un año en una casa de subastas alemana, detuvieron las ventas y en estos días se oficializó la entrega del volumen a la unidad de Protección del Patrimonio de la policía italiana.


Michel de Nôtre-Dame —Nostradamus— era un boticario y adivino galo, de origen judío y convertido al catolicismo, que vivió en el siglo XVI.


Según la noticia, el manuscrito había sido robado de la Biblioteca SS. Blasi Cairoli del Urbe' de Roma, que en 1991 pasó a formar parte de la Biblioteca Generalizada Barabiti.


Vuelve a despertarse la curiosidad por el astrólogo francés. Ese que temía ser perseguido por la Inquisición y, por tanto, escribió sus profecías en cuartetas más bien crípticas, colmadas de metáforas, palabras en griego y latín, para despistar mucho o poco a los lectores. Tal vez por esto, algunas de sus anticipaciones han sido interpretadas de maneras distintas por los diversos estudiosos.


La abolición de la monarquía francesa, las guerras mundiales, el ataque a las torres gemelas, la pandemia del Covid-19 están entre las predicciones que se han cumplido. Dice la cuarteta sesenta y tres de la I Centuria:


“Los azotes pasados disminuido el mundo,

Largo tiempo la paz, tierras deshabitadas,

Hermana caminará por cielo, tierra, mar y onda,

Después de nuevo las guerras suscitadas”.


Para este 2022, los seguidores del adivino esperan notar si se cumple la caída de la Unión Europea y la muerte de un líder político de primer orden.


viernes, 13 de mayo de 2022

Idiotismos

(Columna publicada en el semanario GENTE, del grupo El Colombiano, el 13 de mayo de 2022)



Los modismos, esas expresiones prefabricadas y fijas que van formando un arrume inmenso en la lengua, están ahí, claro, para asistirnos cuando no se nos ocurre algo medianamente original qué decir.


“Irse por las ramas”, “pan comido”, “trapitos al sol” y mil más… son locuciones que terminan por empobrecer nuestra manera de hablar. No, no creo que esté mal usarlas; como digo, constituyen una especie de salvavidas cuando no sabemos cómo decir las cosas. Considero, más bien, que no debemos abusar de ellas. No es adecuado descansar nuestro compromiso comunicativo en estas expresiones. Es preferible pensar un poco, aunque tardemos unos segundos más —¿más con respecto a qué?—, para construir expresiones propias al comunicar las ideas. En vez de decir, “me estabas tomando del pelo”, bien podemos señalar: “estabas burlándote de mí”.


Si a los modismos les sumamos los refranes, ay, y qué decir de las muletillas, terminaremos por mermar nuestra comunicación y, cómo no, nuestra capacidad de mantener un lenguaje fresco. No tendremos que pensar para hablar, sino que lo haremos de modo… maquinal.


Si nos fijamos, al permitir que a nuestras conversaciones y escritos entren sin medida tales expresiones prefabricadas —modismos, refranes y muletillas— nos daremos cuenta de que las muy bandidas van colonizando, invadiendo nuestro discurso y desterrando descaradamente a las palabras que no están metidas en fórmulas, esas que van libres y no hacen parte de lugares comunes. Nuestro vocabulario se reduce.


Con razón, otra manera de decirles a los modismos es idiotismos.


miércoles, 11 de mayo de 2022

Coctel de letras

(Columna RÍO DE LETRAS publicada en el diario ADN, semana del 9 al 14 de mayo de 2022)

 


Jorge Luis Borges dijo tantas cosas sobre la lectura. Quizá más que sobre la escritura. En la película Borges para millones, de 1978, señala: “creo que la frase “lectura obligatoria” es un contrasentido; la lectura no debe ser obligatoria. ¿Debemos hablar de placer obligatorio? ¿Por qué? El placer no es obligatorio, el placer es algo buscado (…)”. Añade que en su experiencia como profesor de literatura inglesa, les decía a los estudiantes que si un libro les aburría, lo dejaran.


Así debe ser; cada quien lea lo que desee, no las imposiciones del márquetin, las tendencias, los medios de comunicación, las redes sociales. Entre más poder económico tiene una editorial, con mayor fuerza impone sus títulos.


En mi caso, leo varios libros al tiempo. Como si preparara un coctel, procuro que haya volúmenes de distintas épocas y sociedades. Que haya, por ejemplo, una comedia de Plauto, poesía medieval, una crónica de Yourcenar y, claro, letras actuales. Las obras de otras épocas me proveen miradas diferentes y ritmos apacibles. Las de hoy, velocidad de vértigo y miradas cercanas a la mía. Así, de acuerdo con mis luces, me voy acompañando un rato con unas ideas, luego con otras.


“¿Por qué no me preguntas si suelo yo comer pan purpúreo, o rojo, o amarillo? ¿Si suelo comer aves con escamas, peces con plumas?”, leo en el comediógrafo romano.


“El barco es hermoso como todos los barcos a punto de zarpar. En nuestra época en que los trayectos utilitarios se hacen en avión, un crucero es lo único que permite hacer largas travesías”, leo en la narradora belga.

lunes, 9 de mayo de 2022

Esclavitud

(Columna publicada en el periódico GENTE, del grupo El Colombiano, el viernes 6 de mayo de 2022) 



La columna del 22 de abril se refiere a la contribución de grupos étnicos, como el afroamericano, en la permanente construcción del idioma.


La lectora Gloria Vásquez comenta: “usted hace una referencia incluyente muy necesaria pero imprecisa cuando dice: "...en las (letras) afroamericanas, el (aporte) de miles de personas  cazadas en África y traídas a América contra su voluntad...”. 


Gloria agrega: “todavía no hay el reconocimiento de la responsabilidad de cada quien de todos los hechos históricos sobre víctimas y victimarios. Me refiero a la infame e infamante esclavitud de los negros procedentes de África, que ofende a la humanidad por siempre pero que tiene un elemento al cual no alude: los 'negreros' europeos recorrían la costa de África occidental pero no se internaban en ese continente desconocido entonces les compraban a los negros dominantes a otros negros sometidos por ellos, no hubo inocentes».


Oportuna advertencia: la esclavitud de africanos no está suficientemente entendida y, por consiguiente, su discusión no está cerca de terminarse.


Por este camino, vienen a mi memoria novelas del cartagenero Antonio Prada Fortul. Benkos Biohó narra las gestas de libertad lideradas por este personaje en el siglo XVII, y Kanú, las aventuras de un africano que consiguió regresar a su continente después de permanecer un tiempo en Cartagena de Indias. Esta dice: “El trato del yoruba con los muertos es cotidiano; estos no pertenecen propiamente a “otro mundo”, sino a otro país del mismo mundo, a la otra orilla; la invisible (…)”.


miércoles, 4 de mayo de 2022

Nosferatu

(Columna RIO DE LETRAS publicada en el diario ADN, semana del 2 al 7 de mayo de 2022)

 


Vamos a hablar de lo tenebroso. Hace cien años, los espectadores fueron al cine con el objeto de sentir terror. Con ojos desmesuradamente abiertos, leyeron: “uno puede reconocer la marca del vampiro por el rastro de sus colmillos en la garganta de la víctima”. Vieron a un hombre no-muerto, alto, calvo, de orejas largas, colmillos salientes, dueño de un caminar robótico que llenaba la pantalla iluminada de penumbra. Y entendieron que esa imagen tenía que ser la de un vampiro auténtico.


Nosferatu, una sinfonía del horror, la película alemana basada en Drácula, de Bram Stoker sin pagar derechos de autor, cumple un siglo de su estreno. Y cada que se revisita, parece que se asistiera al estreno nuevamente, porque vuelve a causar espanto. El conde Orlok busca una casa en Wisborg. Un agente inmobiliario, Thomas Hutter, se encarga de hallarle una en ruinas. Aquel noble lleva consigo una peste a la ciudad. El desenlace llegará con el Sol, así como el final de una realidad onírica.


Muda, pero con subtítulos, diálogos y apartes de un volumen titulado El libro de los vampiros, esta cinta de Friedrich Wilhem Murnau generó un río de letras. Sigue siendo modelo para creaciones posteriores centradas en el vampiro de Transilvania y otros vampiros. En obras literarias, películas y hasta en series infantiles de cómic, aparecen creaciones con visible influencia de Nosferatu e interpretaciones semejantes a las que hizo el protagonista, Max Schreck, de quien, por cierto, durante un tiempo quisieron regar la idea de que era un vampiro de verdad.