miércoles, 8 de septiembre de 2021

Cóndores de 50 años

 (Columna publicada en el semanario GENTE, del grupo El Colombiano, el 27 de agosto de 2021)


Al hablar de clásicos literarios, suele pensarse en obras europeas y de tiempos anteriores al siglo XX. Guerra y paz, Los miserables… Y está bien, son clásicas porque fueron importantes en su época y continúan siéndolo, como si no envejecieran.


Si traemos la vista a Colombia, también los hay. Obras fundamentales por su contenido y tratamiento, cuya lectura enseña y sus relecturas aportan más elementos de análisis. Entre ellas, Cóndores no entierran todos los días, de Gustavo Álvarez Gardeazábal, cumple 50 años este 27 de agosto:


Esta ficción explica mejor que los libros de historia el capítulo amargo de La Violencia, en que conservadores y liberales se mataron solo por su filiación política. Tuluá, la protagonista, es narradora, escenario de las acciones y sus habitantes son actores y testigos de los acontecimientos.


Con motivo del aniversario, le preguntamos a Gardeazábal cómo surgió la idea de escribirla, si cuando sucedieron los hechos él era todavía chico y cuando los escribió, apenas había dejado atrás la adolescencia. Dijo:


“Decidí hacerla cuando hice mi tesis de grado en la U. del Valle sobre “las novelas de La Violencia en Colombia”. Vi entonces cuál novela faltaba en la ya criticada y estigmatizada novelística de La Violencia por parte de la crítica bogotana, que tal vez la veía muy provinciana. Estaba en Pasto, una ciudad aislada del país en aquellas épocas, había tomado distancia sobre mi pueblo y hay cierta satisfacción en recrearle cuando se está lejos”.

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