miércoles, 22 de diciembre de 2021

Letras de diciembre

(Columna RÍO DE LETRAS publicada en el diario ADN en la semana del 20 al 25 de diciembre de 2021)


 

Entre las piezas literarias que llevan diciembre en el título, creo que nadie me perdonaría si dejara por fuera el poema Noche de diciembre, de Rafael Pombo.


R. Pombo. Museo Nacional de Colombia

Su primera estrofa dice:


        Noche como esta, y contemplada a solas

        no la puede sufrir mi corazón:

        da un dolor de hermosura irresistible,

        un miedo profundísimo de Dios.


Algunos sostienen que es un poema perfecto, por el tratamiento romántico. Pombo es una de las figuras esenciales de la literatura colombiana, por su legado en fábula, cuento, poesía y traducción…


Entre los cuentos, hay uno del quindiano Gustavo Rubio: Diciembre sin ti. Hace parte del volumen Te das cuenta que no hay nada que amar.


En novela, llegan a la mente algunos ejemplos: Si llegamos a diciembre, del cubano Francisco Prieto, dueño de una bibliografía colmada de metáforas católicas. El Nobel de 1976, el canadiense Saul Bellow, tiene la novela El diciembre del decano, en la que habla de la reacción de la sociedad por unas columnas polémicas publicadas por el decano de periodismo de la Universidad de Chicago. Anita Shreve, escritora y periodista, estadounidense autora de novelas de amor, escribió Una boda en diciembre. Además de hablar sobre una boda en diciembre, se refiere a la amistad y el reencuentro.


Creo que no me perdonaría si dejara por fuera a la barranquillera Marvel Moreno, cuyas obras, enmarcadas en el realismo mágico, hablan de la mujer víctima del machismo.


En su novela En diciembre llegaban las brisas, Lina recuerda las vidas de varias mujeres de la élite de La Arenosa que sufren violencia sexista.

viernes, 17 de diciembre de 2021

Se los llevó el 2021

(Columna publicada en el semanario GENTE el 17 de diciembre de 2021) 



Antonio Caballero, con su aguda manera de reducir al absurdo cuanto tocaba, dijo una vez que Sin remedio, su novela, no era más que una forma de hablar sobre la dificultad de escribir un poema.


Esa obra, bien recibida por los lectores, es una sátira contra la sociedad bogotana de los años sesenta del siglo XX. Su personaje central, Ignacio Escobar, es un poeta frustrado que observa la ciudad y la critica mordazmente. Estas son las líneas iniciales de esa gran novela:


“A los treinta y un años Rimbaud estaba muerto. Desde la madrugada de sus treinta y un años Escobar contempló la revelación, parada en el alféizar como un pájaro: a los treinta y un años Rimbaud estaba muerto. Increíble”.


Se acerca el final de año y algunos recuerdan lo que hicieron y dejaron de hacer. Otros recuerdan a los muertos. A los muertos cercanos, amigos y parientes, sí, pero también a esos otros muertos cercanos, los escritores, que de tanto leerlos parecen amigos o parientes. Entre estos, cómo no, está Caballero, el periodista de opinión más leído de Colombia. Murió el 10 de septiembre.


Y es que en las letras hubo varios muertos cercanos, además de este, que bien vale la pena recordar en estos días. El nadaísta Jaime Jaramillo Escobar o X-504; la española Almudena Grandes, la de Las edades de Lulú. Y el italiano Roberto Calasso, el de Cien cartas a un desconocido.

miércoles, 15 de diciembre de 2021

Vallenato

(Columna RÍO DE LETRAS publicada en el diario ADN, en la semana del 13 al 18 de diciembre de 2021)



Marina Quintero es una de las personas más conocedoras del folclor vallenato. Además, lo ama como nadie. Lo respira y siente desde que era niña en los parajes ocañeros, lo ha cargado consigo en mochilas y en el alma cuando se marchó de su pueblo, primero a Bogotá y, después, a Medellín, donde aquietó sus plantas.


Serie Con Sentido, de U. de A.

Acaba de sacar al público un exquisito disco compacto titulado Vallenato que Enseña y Canta. Acorde con su saber, escogió canciones de bellas letras y sentidas melodías. Piezas clásicas del folclor de la costa atlántica.


Acompaña su voz diáfana con el acordeón de Hildemaro Bolaño, entre otros músicos. Parrandas inolvidables, de Gustavo Gutiérrez Cabello; La muerte de Moralito, de Leandro Díaz, y La nostalgia de Poncho, de Rafael Escalona, están entre las 12 letras del disco.


De La espumita del río, creación de Julio Erazo, compositor guamalero que hasta tangos tiene en su repertorio, son estos versos sencillos y dicientes:


                Ahí te mando mi cariño con la espumita del río

                es un pedazo de mi alma que va muriendo de frío.


Desde la investigación, el canto y la difusión del folclor caribeño, campos en que predominan los hombres, Marina Quintero se destaca por su calidad. Es infaltable en las noches de fines de semana en el espacio “Una voz y un Acordeón”, de la emisora cultural Universidad de Antioquia, porque de manera grata, como si conversara con los oyentes, cuenta la historia musical de los pueblos, explica los aportes de los artistas y relata la historia de las canciones: deja que se cuele por el micrófono su alma de profesora.

sábado, 11 de diciembre de 2021

Aguinaldo

(Columna publicada en el semanario Gente el 10 de diciembre de 2021)



Supongamos que Un hijo natural, de Julio Nombela, sea uno de los volúmenes de mi biblioteca cuya edición se hunde más en el tiempo. Data de 1929. Es un pequeño ejemplar publicado por la Librería de la Vda. De Ch. Bouret.


Alejandro Dumas hijo tiene una novela titulada El hijo natural, en la que el personaje entiende que no necesita a un padre que no lo quiere como hijo; en la de Nombela, el protagonista cree que debe obedecer al corazón y no guardar rencor al papá.


Pero no deseo hablar del escritor francés, ni del español, ni de sus obras. Quiero resaltar que ese ejemplar tiene 92 años y goza de buena salud. Lo debe haber leído un puñado de personas antes que manos mayores lo pasaran a las mías. Puede seguir siendo leído, porque, ¡cosa maravillosa!, el material del que está hecho no se deshace ni las palabras se borran cuando se posa la vista en ellas.


Con este solo argumento, el utilitarista, puedo asegurar que un libro puede ser uno de los aguinaldos más baratos e ideales. Y original, pues ya a nadie parece ocurrírsele dar sino aparatos. Y eso, sin recurrir a argumentos más contundentes, como que un libro —de ficción, no ficción, ciencias o filosofía— encierra un mundo de ideas que encienden la chispa de nuevas ideas en la mente que las recibe, para generar, cómo no, otras nuevas, en una sucesión que toca el infinito.

viernes, 10 de diciembre de 2021

Serrat

(Columna RÍO DE LETRAS publicada en el diario ADN en la semana del 6 al 11 de diciembre de 2021)



Penélope es una canción de amor de Joan Manuel Serrat. Una mujer espera por años y años a su amado, quien le prometió volver. Todo cambia, menos el amor de ella por él. Cuando el amante por fin regresa, ella no lo reconoce. Se trata de una versión libre y actualizada de la Odisea, vista, no a través de los ojos de Ulises, sino de quien lo esperaba en casa.


Serrat es un cantautor excepcional. De su caletre han salido las canciones Mediterráneo y Pueblo Blanco, con versos afortunados que cualquiera correría a firmar:


Yo que en la piel tengo el sabor amargo del llanto eterno

Que han vertido en ti cien pueblos, de Algeciras a Estambul

Para que pintes de azul sus largas noches de invierno,


dice una;


El sacristán ha visto

Hacerse viejo al cura



El cura ha visto al cabo

Y el cabo al sacristán

Y mi pueblo después

Vio morir a los tres

Y me pregunto ¿por qué nacerá gente

Si nacer o morir es indiferente?,


dice la otra. Y esto por no traer a cuento como ejemplo más que dos.


Con su magnífica voz ha interpretado poemas de Antonio Machado y Miguel Hernández, para que la gente los lea con los oídos.


Ahora en la península ibérica cuentan, cantan y trinan que el artista dejará de cantar en escenarios en 2022. Esto me recuerda la risa de Tito Nieves, el Pavarotti de la salsa, cuando le pregunté por el anunciado retiro de Willie Colón. “Los cantantes no nos retiramos, por más que queramos y lo expresemos”. El tiempo le dio la razón: Colón siguió descubriendo América con su canto. Ojalá con Serrat también se cumplan las palabras de Nieves.

viernes, 3 de diciembre de 2021

El negocio de la felicidad

(Columna publicada en el semanario GENTE, de El Colombiano, el 3 de diciembre de 2021)



Si en una encuesta preguntaran: “¿cuál cree que ha sido el mayor negocio en la quinta parte que pasó del siglo XXI?”, apuesto a que la mayoría de las personas consultadas dirían: “la tecnología y sus derivados”.


Cómo no, el desarrollo de lo digital y la realidad virtual ha hecho florecer la producción y venta de aparatos que permiten la interconexión entre los terrícolas. Sin embargo, hay otro negocio que si no mueve los mismos volúmenes de capital, debe acercársele: el de la felicidad.


Comenzó a finales del siglo XX —como el de la tecnología—, con un mar de libros, videos, audios, conferencias, seminarios de autoayuda y superación. Una cantidad inverosímil de material emitido por hombres o mujeres que decían tener las claves y secretos del éxito, la superación personal y la autoestima, y prometían compartirlas con los pobres mortales que por el mundo van. Era como si vendieran el esmeril para limar las imperfecciones.


Cuando el siglo XXI retocó las cosas para darles apariencia de nuevas, surgió el coaching personal y, con él, toneladas de materiales que también prometen mejorar a las personas, porque, según sus promotores, están en obra negra. Ya no dicen superación, sino liderazgo. Y acuñaron una expresión que ya es un lugar común o, peor, un vacío lingüístico: “sacar de ti una mejor versión”.


¿Qué de todo eso no será más que fraude? Perdón, no debo decir fraude; lo dejaré en negocio. Cada cual sabrá si compra o no.

miércoles, 1 de diciembre de 2021

La India en Occidente

(Columna RÍO DE LETRAS publicada en diario ADN semana del 29 de noviembre al 4 de diciembre de 2021) 



Hay quienes se sorprenden por el auge actual de la lectura de libros sagrados de la India en América y Europa. No solo El Bhagavad Gita, volumen que hace parte de otro más grande titulado El Mahabharata, el mayor poema épico del país asiático y uno de los textos más antiguos del mundo, sino otros tratados de sabiduría.


El artículo “El nuevo esplendor literario del hinduismo”, firmado por Silvia Hernando y publicado el pasado 23 de noviembre en El País de España, es prueba de tal inquietud. La periodista cree que dicho auge se debe a la necesidad de hallar referentes intelectuales más allá de Occidente e insinúa que mientras esto se da triunfan las prácticas del yoga y el mindfullness.


Ella está bien enfocada. Los modelos orientales de pensamiento y, en este caso, los libros sagrados de la India, enseñan la adoración a lo divino y a la Naturaleza. Y el apogeo del yoga —disciplina espiritual y física que, según las religiones del Indo, es el camino para encontrar lo verdadero— y del mindfullness —una enseñanza de Buda que traducen como conciencia plena y explican como la capacidad de prestar atención a la experiencia del momento con interés, curiosidad y aceptación— ha ayudado a incentivar la lectura de libros sagrados, en los que debemos incluir Los vedas, El ramayana y Los puranas, entre otros.


En Los Upanishads se lee:


“Los chiquillos corren tras los placeres externos y caen en la trampa que les tiende la muerte. Solamente los sabios, conociendo la naturaleza de lo que es inmortal, no buscan nada estable entre todo lo inestable”.