(Columna publicada en el semanario GENTE, del grupo El Colombiano, el 3 de septiembre de 2021)
Más
allá de la cartelera de escritores, poetas, filósofos o científicos invitados,
la Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín de este año es importante porque
invita al reencuentro y la celebración en torno a uno de los inventos más
asombrosos y útiles de la humanidad: el libro.
El
año pasado, por la peste y aún sin vacunas a la vista, el evento fue virtual.
En 2021, todavía con pandemia, pero con la esperanza que dan las vacunas, habrá
actividades virtuales y presenciales, estas en la zona de Carabobo Norte, en
especial, el Jardín Botánico.
En
el tiempo que llevamos de encierro, hemos apreciado las formas virtuales de
encuentro y añorado las presenciales. Entendemos que los contenidos de las
charlas y las presentaciones de unas y otras son igualmente valiosas.
Mientras en ediciones pasadas nos emocionábamos con los nombres de las figuras que llegaban a hablar de letras: Wole Soyinka, Élmer Mendoza, Fernando Vallejo, Alessandro Baricco, Joe Broderick..., esta vez nos alegramos por volver a encontrarnos, aunque sea de a poco y sin el acercamiento que desearíamos.
Nos animamos porque podremos hablar de libros de editoriales grandes, universitarias o independientes. Porque nos cercioraremos de lo obvio: de que el tiempo de hibernación ha sido también de investigación, reflexión y creación. En suma, lo importante será el festejo mismo por la existencia de las palabras.
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