viernes, 16 de agosto de 2024

Canetti y sus muertos

(Columna Río de Letras publicada en el diario ADN en la semana del 12 al 18 de agosto de 2024)

 

 

Un auto de fe era un acto dispuesto por la Inquisición para que los condenados por el tribunal se retractaran de ideas heréticas y se arrepintieran de pecados por los que les castigaría. Auto de fe es la única novela de Elías Canetti. En ella, el sinólogo Peter Kien vive por los libros. Posee una biblioteca de 25 mil volúmenes. Teme los contactos sociales y físicos. En una pesadilla premonitoria, ve arder la casa con su tesoro.


Salvo unas obras teatrales (La boda, La comedia de las vanidades…), un reportaje de viaje (Las voces de Marrakech), las suyas son ensayos. Su vida, una auténtica novela, la cuenta en Autobiografía. De padres judíos sefardíes, sufrió persecución nazi. Fue desplazado de las lenguas: en su niñez, su idioma era el ladino; después, alemán, inglés y búlgaro. Participó en la movida intelectual. Observó atormentado las guerras mundiales. Apretó contra su pecho la causa de salvar a la humanidad, la humanidad indefensa, víctima de quienes ostentan el poder y, por mantenerlo, someten y matan a otros. ¿Cuándo se dejará de asesinar? Es, para él, la pregunta esencial. En El libro contra la muerte, nueve cuadernos que dejó en Apuntes, dice:


“Ya no sabría enumerar a todos mis muertos. Si lo intentara, olvidaría a la mitad. ¡Son tantos y están en tantos sitios! Tengo muertos dispersos por toda la Tierra. Y así la Tierra entera es mi patria. Casi no queda un país que aún tenga que hacer mío; los muertos ya lo han hecho por mí.”


El 14 de agosto se cumplen 30 años de su muerte, en Suiza. Nació el 25 de julio de 1905, en Bulgaria.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario