(Columna RÍO DE LETRAS publicada en el diario ADN, semana del 12 al 17 de septiembre de 2022)
En
castellano, “Perestroika” significa reconstrucción o cambio. Y “glásnost”,
apertura o transparencia. Se oían por todas partes hace unos 30 años. Personas
de muchas nacionalidades y lenguas la pronunciaban con la familiaridad de un moscovita.
La puso en moda el último líder de la Unión Soviética, Mijail Gorbachov, entre
1988 y 1991.
“Perestroika”
era su propuesta para aliviar la economía de esa comunidad de naciones que
funcionó desde 1922 hasta 1991. Desde entonces, el mundo entero conoció mejor
los pueblos de la “Cortina de Hierro”. Gorbachov corrió la cortina y dejó ver
lo que había adentro.
Más
que palabras, estos conceptos se popularizaron gracias al libro Perestroika “Nuevo pensamiento para mi país
y el mundo”, escrito por este líder nacido en Rusia el 2 de marzo de 1931 y
muerto el 30 de agosto pasado. En él explicó que la “Perestroika” busca el
“desarrollo prioritario de la esfera social, dirigido a satisfacer mejor los
requerimientos del pueblo soviético: mejores condiciones de vida y trabajo,
descanso y recreación, educación y cuidado de la salud. Significa una
preocupación incesante por la riqueza espiritual y cultural, por la cultura de
cada individuo y de la sociedad en su conjunto”.
Ha
muerto un personaje histórico de carácter planetario. Uno de los protagonistas
del siglo XX. Un sujeto para nada agrio: participó en una película y un musical.
Es momento de volver la mirada hacia su libro y sus ideas, y beber en ellas
directamente. No dejemos que los noticieros y google nos den el conocimiento sesgado y a cuentagotas.
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