(Columna Río de Letras publicada en el diario ADN, semana del 22 al 28 de enero de 2024)
Este año está colmado de aniversarios literarios. Creadores cumplen cifras redondas de nacimiento o muerte, y obras importantes motivan a celebrar su existencia. Entre las efemérides, hay dos fundamentales para los colombianos. Los diez años de la muerte de Gabriel García Márquez, el 17 de abril, y los cien años de la primera edición de La Vorágine, de José Eustasio Rivera, el 21 de mayo.
Estos
narradores se identifican por la grandeza. El primero es el más internacional
de nuestros escritores; el segundo, el autor de una novela insuperable.
Cuando
murió el cataquero, ya “lo habían matado” varias veces en medios de
comunicación. En 2024, para conmemorar su partida, aparecerá una novela hasta
ahora inédita: En agosto nos vemos. El
relato de una mujer que acude cada año al Caribe a cumplir una cita, la de
saludar y arreglar la tumba de su madre. En una de esas visitas se entrega a un
amor furtivo, cuya pasión revive también anualmente en el mes de los vientos.
Cuando
consiguió la publicación de La vorágine en
la Editorial Cromos, Rivera recién había regresado a Bogotá de un dilatado
viaje por la Orinoquía, en el que hizo parte de la comisión encargada de definir
los límites con Venezuela. La obra cuenta que, para defender su amor, Arturo
Cova y Alicia huyen a los llanos. Además de romance, en ella hay denuncia social,
violencia, descripciones etnográficas y naturales… Se pone en escena la realidad
de un gran pedazo de Colombia, hasta ese momento más bien desconocido “gracias”
al centralismo que no permite ver más que el ombligo del país.
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