(Columna RÍO DE LETRAS publicada en el diario ADN en la semana del 8 al 13 de noviembre de 2021)
Gustave Flaubert dice:
Gustave Flaubert |
“(…) Cuando caminas por la noche y aspiras el
olor del heno cortado, mientras escuchas al cuco en el bosque y observas el
movimiento de las estrellas, tu corazón —¿no es cierto?—, tu corazón es más
puro, está más empapado de aire, de luz y de azul que el horizonte apacible,
donde la tierra acaricia al cielo con un beso tranquilo. ¡Oh! ¡Qué perfumados
son los cabellos de las mujeres! ¡Qué dulce es la piel de sus manos, qué
penetrante su mirada! (…)”.
¿Dónde lo dice? En la novela Noviembre,
no publicada mientras él vivió, porque, al parecer, la consideró un
ejercicio para afinar el estilo. Trata el despertar al amor y al deseo erótico.
Con esta obra comienzo el recuento de piezas con la palabra noviembre.
Con el mismo título aparece una novela del salvadoreño Jorge Galán, que narra
el horror de la guerra civil de su país y clava su mirada en el asesinato de
seis jesuitas y dos mujeres. Y otra, del español Antonio Calzado García, sobre
un sujeto de padre viudo, libros robados, libros leídos… hasta que cae en sus
manos un volumen valioso… Lo más tarde en
noviembre, del alemán Enrich Nossak, cuenta de una mujer, su esposo y su
amante… Dichas así las cosas parece simple, pero es cautivadora.
En poesía, sobresale un poema de César Vallejo titulado “Dobla el dos de noviembre”, incluido en Trilce:
César Vallejo, 1929 |
Difuntos, qué bajo cortan vuestros dientes
abolidos, repasando ciegos nervios,
sin recordar la dura fibra
que cantores obreros redondos remiendan
con cáñamo inacabable,
de innumerables nudos
latientes de encrucijada.
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