(Columna Río de Letras publicada en el diario ADN, semana del 13 al 18 de noviembre de 2023)
Ricardo Carrasquilla, el chocoano de letras festivas, cantó Al Salto de Tequendama:
Salto, que saltando vienes,
Salto, que saltando vas,
¿dónde se esconde tu cuna?
¿dónde tu sepulcro está?
Este
inicio alegre es una manera de decir que poemas, cuentos, novelas, crónicas y
ensayos enaltecen el Patrimonio Cultural y Natural al incluirlo en sus
historias.
El
Patrimonio Material alude a lugares significativos o edificios con valor
histórico o arquitectónico. En Nuestra
Señora de París, Victor Hugo dice: “(…) hay ciertas horas en las que debe
admirarse la portada de Nuestra Señora; cuando el sol, ya declinado hacia
Occidente, mira casi de frente a la Catedral, y sus rayos, más horizontales
cada vez, se retiran paulatinamente del pavimento de la plaza subiendo a lo
largo de la fachada perpendicular, cuyas bellas e innúmeras esculturas se
destacan de la sombra, mientras que el gran rosetón central reluce como el ojo
de un cíclope inflamado por las reverberaciones de la fragua”.
El
Inmaterial se refiere a tradiciones orales, folclor, mitos, leyendas, dichos,
creencias y conocimientos. El relato kogi de La creación cuenta: “Primero estaba el mar. Todo estaba oscuro. No
había sol ni luna ni gente ni animales ni plantas. Solo el mar estaba en todas
partes”.
El
Patrimonio tiene su día a mediados de este mes. Su vínculo con la literatura es
el tema sobre el que nos invitan a conversar en el Encuentro Nacional e
Internacional de Escritores de Envigado, el 21 de noviembre. La literatura es
parte del Patrimonio, o sea, de la riqueza de todos.
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