(Columna RÍO DE LETRAS publicada en diario ADN, semana del 30 de mayo al 4 de junio de 2022)
“Ser o no ser,
he ahí el dilema” es una de esas frases comunes y sin dueño. Nació hace más de
400 años y se sumó a la montaña de expresiones hechas, listas para usar, que
mantiene el lenguaje en un depósito del que todos tenemos llave. Hace parte de Hamlet, de Shakespeare.
Es notable
cómo ciertas frases y versos se salen de los libros y son usadas por quien
desee. No dependen de la obra, ni del autor de cuyo talento salió. Resumen
sabiduría y un largo discurso, y explican situaciones. Lo mejor, nadie está
obligado a saber de dónde surgió.
“No solo de pan vive el hombre” escapó del evangelio de Mateo. Cualquiera la dice para recordar que, además de las necesidades físicas, como el alimento, están las espirituales.
En boca de nostálgicos florece: “cualquier tiempo pasado fue
mejor”. ¿A quién le importa que sea un verso de Jorge Manrique en Coplas por la muerte de su padre, un
lamento por lo efímero de la vida, lo implacable de la muerte y el desasosiego que
se anida en el alma de quien pierde a un ser amado?
“Se hace camino al andar” huyó del poemario Campos de Castilla de Antonio Machado. Indica que no hay destino escrito; se escribe cada día con las acciones.
Lejos del “mundanal ruido”, dicen algunos, parafraseando versos del poema A la vida del campo, de Fray Luis de León:
¡Qué descansada vida
la del que huye el mundanal ruido,
y sigue escondida
senda por donde han ido
los pocos sabios que en el
mundo han sido!
Estas y otras líneas
escaparon de los libros con la complicidad de lectores que notaron en ellas sus
ansias de libertad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario