miércoles, 25 de mayo de 2022

Investigación

(Columna RÍO DE LETRAS publicada en diario ADN semana del 23 al 28 de mayo de 2022)



Las novelas son como tesis, en el sentido en que el escritor sostiene una hipótesis y trata de demostrarla con los recursos que brinda la narratología.


En Milan Kundera y Fernando González, por ejemplo, este asunto, el de la tesis, se detecta fácil, porque sus creaciones son lo que uno podría llamar novelas ensayo. Ellos reflexionan sobre el asunto de interés, digamos en uno, la inmortalidad como deseo y como destino; en otro, la potencial grandeza de los latinoamericanos. Exponen, explican, argumentan y, cuando llega el momento de ejemplificar, acuden a escenas en las cuales sus personajes confirman lo expresado. Distinto a estos, en la mayoría de los autores no es tan evidente.


Cuando un autor investiga una materia para escribir una novela, se torna, poco o mucho, en especialista. El escritor se documenta en dos fuentes: su propia experiencia, que sitúa fuera de sí, la ausculta como si fuera ajena y la revisa en detalle como si la pusiera en un microscopio. Otra, el mundo externo, mediante la observación de las vidas ajenas, la lectura de libros y documentos.


Por estos días le preguntan a Orhan Pamuk sobre pandemias, porque escribió Las noches de la peste. A nuestra Piedad Bonnett bien pueden preguntarle sobre el dolor por la pérdida de un ser querido. Así, al tiempo que a los creadores se les indaga por sus métodos y técnicas, se les inquiere por la especialidad que han adquirido. Lo suyo es un esfuerzo por comprender un asunto para dar luces, desde el arte, sobre su esencia o funcionamiento... O para generar más preguntas.

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