jueves, 17 de febrero de 2022

Molière

(Columna RÍO DE LETRAS publicada en el diario ADN en la semana del 14 al 19 de febrero de 2022)

 


Este 17 de febrero se cumplen 349 años de la muerte de Molière, uno de los teatreros más influyentes de todos los tiempos. A quienes se preocupen porque 349 no es una cifra redonda, como las que suelen recordar los periódicos, les consolaré diciendo que el pasado 15 de enero se celebraron 400 años de su nacimiento en París: ocurrió en 1622.


Molière, por Pierre Mignard I

Jean-Baptiste Poquelín era su nombre; Molière, su seudónimo de actor y dramaturgo. Su figura sigue siendo tan grande, que grupos teatrales profesionales, aficionados y estudiantiles continúan montando sus obras más que las de muchos autores actuales. ¿Quién no ha oído hablar de Tartufo, que critica al hipócrita? ¿O El médico a palos, en la que a un leñador funge de médico? El misántropo, El cornudo imaginario son otras creaciones suyas. Varias de sus obras fueron prohibidas en su tiempo, porque atacaban la mentira, la impostura, la pedantería de los académicos, la soberbia de los burgueses…


Molière murió de tuberculosis a los 51 años. La Iglesia no permitía que a los actores los enterraran en la tierra sagrada de los cementerios. Su viuda clamó para que recibiera funeral sencillo y de noche. Lo sepultaron en una especie de “limbo”, un suelo que no era santo ni maldito: el sitio de los niños no bautizados del cementerio de Saint Joseph.


“Gocen la primavera de los años juveniles y conságrense a sus ternuras. No pierdan ni un instante. Que a la belleza la borra el tiempo, y acude rápido la edad de hielo, que trueca los placeres en tristeza”. Cantan gitanas en alguna parte de El enfermo imaginario.

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