jueves, 16 de enero de 2025

El samurái

(Columna Río de Letras publicada en el diario ADN en la semana del 13 al 19 de enero de 2025)

 


La vida breve de Yukio Mishima parece una novela larga e intensa. El japonés que vio la luz primera el 14 de enero de 1925 fue samurái de familia noble. Al terminar la ocupación aliada a su país tras la II Guerra Mundial, luchó política y militarmente por restituir el poder del emperador y evitar la influencia cultural de Occidente. Fue karateca y manejaba armas.


Nadie imagina a qué horas escribió 40 novelas, 18 obras de teatro, 20 libros de relatos, 20 de ensayos y un libreto. Y no de cualquier modo, como si estuviera acosado por fuego enemigo y garrapateara palabras entre disparos. No. Su calidad sobresaliente le mereció la admiración de Yasunari Kawabata y la postulación al Nobel.


En Confesiones de una máscara, un joven débil y sobreprotegido descubre su homosexualidad, pero la reprime por tradicionalismo. En El pabellón de oro, El marino que perdió la gracia del mar y La corrupción del ángel se advierte un instinto de autodestrucción, expresado en el horror por la vejez y la fascinación por la muerte.


El 25 de noviembre de 1970, él y unos integrantes de su grupo entraron a una base militar y tomaron al comandante como rehén, para que las Fuerzas de Autodefensas se motivaran a exigir la anulación de la Constitución de 1947, que concedía libertades individuales. No funcionó. Se hizo el harakiri para no caer preso.


En carta enviada a Kawabata cuatro meses antes de morir, dice: “Cada gota de tiempo que se escurre me parece tan preciosa como un trago de buen vino, y ya he perdido casi todo interés por la dimensión espacial de las cosas”.

1 comentario:

  1. Impresionante , era un dragón furioso, atormentado la dulzura de los cerezos y la preciosa vida!!!...

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