miércoles, 29 de marzo de 2023

Letras y costumbres

(Columna RÍO DE LETRAS publicada en el diario ADN en la semana del 27 de marzo al 1 de abril de 2023)



Un atractivo de la literatura es la posibilidad de apreciar en ella la forma de vida de los pueblos. Costumbres, creencias, artes, formas de relacionarse, negociar y divertirse…


En Orgullo y prejuicio y otras novelas, Jane Austen muestra la vida de la alta sociedad londinense de principios del siglo XIX. Las madres se enfocaban en casar a sus hijas. Organizaban bailes a los que invitaban a jóvenes que consideran buenos prospectos y las muchachas hacían paseos para ser vistas. En la adolescencia, se preparaban en la ejecución de algún instrumento musical y leían para no convertirse en esposas aburridas.


En nuestro medio, un caso celebrado del siglo XIX es Manuela, de Eugenio Díaz Castro (Soacha, 1803-Bogotá, 1865). Al narrar las vivencias del bogotano don Demóstenes y los habitantes de una parroquia de tierra caliente, hace énfasis en el gusto por el guarapo, la chicha y el aguardiente; así mismo, en la afición por el juego del tejo o turmequé. Incluso menciona, entre las lecturas de don Demóstenes, Los misterios de París, de Eugenio Sue.


En el siglo XX, El coronel no tiene quien le escriba, de Gabriel García Márquez, muestra costumbres costeñas. Una de ellas, la simpatía por las riñas de gallos. Estos animales entrenan como deportistas y se alimentan de manera que los integrantes de la familia ni siquiera sueñan.


Y La virgen de los sicarios, de Fernando Vallejo, revela la doble moral de la sociedad. En una muestra de religiosidad popular, los devotos a la Virgen María Auxiliadora le piden respaldo a ella para sus acciones violentas.

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