(Columna RÍO DE LETRAS publicada en el diario ADN, semana del 11 al 16 de julio de 2022)
La fiesta de
palabras y las ideas, el Festival Internacional de Poesía, está para recordar
que el mundo sigue su marcha y los entes que por él andamos seguimos creando,
amando, dialogando, soñando, apropiándonos del planeta.
Desde el nueve
y hasta el 30 de julio, mujeres y hombres de diversas latitudes, unidos a otros
de Colombia, se juntan para emitir mensajes de libertad. Y las multitudes de
oyentes aprenden cómo expresan sus emociones, furias y anhelos sus semejantes,
de acuerdo con su cultura.
Por el
Festival de Poesía hemos tenido contacto con el genio creativo del nigeriano
Wole Soyinka, Nobel de Literatura en 1986; el chileno Gonzalo Rojas; la
uruguaya Marosa de Giorgio; la nicaragüense Gioconda Belli; hemos oído de su
voz los poemas de colombianos con Raúl Gómez Jattin, Jaime Jaramillo Escobar, Meira
del Mar, y de creadores de naciones indígenas de los cinco continentes.
Por eso aunque,
según algunos, la pandemia —que noqueó a tantos—afectó el volumen del certamen
de este año, en comparación con ediciones anteriores, es motivo de celebración
que el Festival siga poniendo a cantar al mundo con sus versos.
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Malú Arriola. Foto: Festival de Poesía |
La chilena Malú
Urriola, en su poema “Hija de perra”, dice:
“cuando no estás me faltas como si me faltara un brazo, daría un brazo por no sentir esta falta… daría un brazo, pero no el brazo con el que escribo. El brazo con el que escribo no se lo doy a nadie, si me deshiciera de este brazo moriría atragantada. Este brazo es el que aprieta mi vientre, el que hunde su mano en mi garganta para que las palabras salgan (…)”.
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