miércoles, 20 de abril de 2022

Gabriela Mistral

(Columna RÍO DE LETRAS publicada en el diario ADN, en la semana del 18 al 23 de abril de 2022)

 


La chilena Gabriela Mistral, de cuyo natalicio celebramos 133 años el 7 de abril, dejó, además del legado poético, el ejemplo de una vida difícil en medio de una sociedad indolente.


La miseria parecía un obstáculo para alcanzar su propósito de estudiar para profesora, pero se sobrepuso a la adversidad. Logró ser maestra y pensadora de la educación. Enseñó a indígenas y desfavorecidos de su país. Participó en el diseño educativo de México, que aún funciona.


La sociedad en la que creció ayudó a destruir su autoestima. Se creía mala, fea y egoísta. La atacaban por su pobreza, orientación sexual y carencia de hijos. Si hoy estos temas levantan ampolla, en su época, la primera mitad del siglo XX, recibían condena social.


Como la humanidad ama el morbo, comentaristas se preguntaban cómo pudo escribir los poemas del libro Ternura, maternales o con espíritu infantil, sin ser madre. Y criticaron sus relaciones de amor con mujeres.


Gabriela Mistral, seudónimo con el que Lucila Godoy Alcayaga tapó su marca de origen, fue la primera mujer iberoamericana en recibir un Nobel de cualquier categoría, y la segunda persona latinoamericana en obtener el de Literatura. Riqueza, poema incluido en Tala, dice:


Tengo la dicha fiel

y la dicha perdida:

la una como rosa,

la otra como espina.

De lo que me robaron

no fui desposeída:

tengo la dicha fiel

y la dicha perdida,

y estoy rica de púrpura

y de melancolía.

¡Ay, qué amante es la rosa

y qué amada la espina!

Como el doble contorno

de dos frutas mellizas,

tengo la dicha fiel

y la dicha perdida. . .


No hay comentarios.:

Publicar un comentario