(Columna Río de Letras publicada en el diario ADN, semana del 4 al 9 de diciembre de 2023)
Llegan las vacaciones. Bueno tener la lectura entre los planes ociosos. Libros
de papel, digitales, audiolibros; como sean. Lo importante, que la cabeza se
llene de letras para que estas saquen el ruido de los meses de labor y, sin
darnos cuenta, ideas nuevas hagan nido en el cerebro para el calendario que viene.
Y nada mejor que lecturas en que los personajes estén de vacaciones: el descanso
se multiplica por dos.
En Crucero de verano, de Truman Capote, los días libres importan, no tanto a quienes
van de viaje, sino a quien se queda. Grady McNeil, de 17 años, persuade a sus
padres de que ella puede quedarse en casa mientras ellos salen. Aquí entre nos,
está enamorada de un tipo mayor, rudo, veterano de guerra y quiere estar con
él. José Luis Díaz Granados habla de Felipe
en vacaciones: una aventura en la Bogotá de los años cincuenta del siglo XX
en compañía de un mocoso.
Es temporada de literatura policíaca. En Las dos caras de enero, Patricia Highsmith arma el
crimen en torno a tres personajes que coinciden en Grecia. Uno es Rydal Keener,
un gringo que gasta el dinero de una herencia. Los otros son Chester MacFarland
y su esposa Colette, que llegan a refugiarse, pues Chester es estafador y lo
viven siguiendo. En Los diez negritos, Agatha Christie tiene a diez personas invitadas a pasar en una
mansión de La Isla del Negro. Ninguna conoce a los dueños. Las convencieron
unas cartas en las que cuentan las circunstancias en que, supuestamente, fueron
conocidas por sus anfitriones. Al llegar, las cosas no suceden según lo previsto.
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