(Columna Río de Letras publicada en el diario ADN, semana del 31 de julio al 5 de agosto de 2023)
En
la lista de eventos tediosos, el primer lugar lo ocupan las sesiones del
Congreso. De cualquier país. Sin embargo, en el de Estados Unidos asisten por
estos días a las charlas más excitantes: sobre ovnis.
Militares
retirados han declarado que ver ovnis es tan común como toparse con gallinazos.
Desde 1930, dicen, su gobierno tiene conocimiento de actividad no humana. Voceros
del Pentágono se apresuran a desmentirlos. En suma, están destapando lo que el
mundo ha sabido hace tiempo.
Estas
noticias logran motivar a las personas a leer y hablar sobre ese tema. Quienes se
interesan por la ciencia no pueden olvidar al mayor animador: Carl Sagan. En Cosmos y otros libros trata sobre avistamientos
de objetos extraños. Ni a Luis Ruiz de Gopegui, colaborador de la Nasa, pues en
su libro Extraterrestres, mito o realidad
expone lo que se sabe con certeza.
Los
lectores de literatura deben recurrir al fundador del género de ciencia
ficción: H. G. Wells. De su novela La
guerra de los mundos (1898) salió todo: lo que vendría en letras y series
de televisión y cine. Esta obra narra una invasión de marcianos a la Tierra. En
uno de sus apartes dice:
“Una especie de fascinación paralizó mis actos después de haber visto a los marcianos emergiendo del cilindro en el que habían venido de su planeta a la Tierra. Permanecí allí, hundido hasta las rodillas en el pasto, fijos los ojos en el montículo que los ocultaba. En mi luchaban la oscuridad y el temor”.
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