(Columna
Río de Letras publicada en el diario ADN en la semana del 14 al 20 de julio de 2025)
Solo
porque el azar así lo quiso, numerosos autores llegaron al mundo un julio. Algunos
dejaron un legado significativo.
Mencionemos a Kafka, el praguense nacido
el 3 de julio de 1883, que revolucionó la fantasía y la filosofía con sus
enfoques existencialistas y que remarcó lo absurdo de la existencia. A Proust,
el francés nacido el 10 de julio de 1871, a quien, tras saborear una magdalena
remojada en té, se le vino a la cabeza su vida entera con detalles, y ya no
pudo parar hasta completar los siete tomos de En busca del tiempo perdido, en los que no solo recuerda sucesos y
emociones, su formación y sus relaciones con el mundo, sino que reflexiona
sobre sus actos y los de los otros, mientras describe al París que creció con
él.
Qué decir de Hemingway y sus relatos
que cuentan más con lo que omiten, Onetti y su existencialismo a lo
latinoamericano, Neruda y su poesía adhesiva, Hesse y su búsqueda de paz espiritual…
Y de un largo etcétera.
De
los nuestros, mencionemos solo a León de Greiff, el poeta cuyo nombre era Francisco de Asís León
Bogislao de Greiff Häusler. Nacido el 22 de julio de 1895 y conocido por Tergiversaciones y Variaciones alrededor de nada, publicó en la revista Panidas número
2, en 1915, un estremecedor poema de hastío de la vida que, por sí solo, bien
le hubiera valido la inmortalidad: "Balada desolada". Comienza así:
"No he llegado a veinte años
y ya todo me cansa:
viviendo sin engaños
vivo sin esperanza;
porque mis ilusiones
reposan ateridas
y todas mis canciones
están entristecidas
por el saber amargo…”.
Y así sigue el poeta inmenso.
Llegaron en julio, porque en este mes llegan los abrazados por el sol, su temperamento es cálido, alcanza n el potencial creativo que da la energia del fuego!
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