(Columna RÍO DE LETRAS publicada en el diario ADN, en la semana del 13 al 18 de diciembre de 2021)
Marina
Quintero es una de las personas más conocedoras del folclor vallenato. Además,
lo ama como nadie. Lo respira y siente desde que era niña en los parajes
ocañeros, lo ha cargado consigo en mochilas y en el alma cuando se marchó de su
pueblo, primero a Bogotá y, después, a Medellín, donde aquietó sus plantas.
Serie Con Sentido, de U. de A. |
Acaba de sacar
al público un exquisito disco compacto titulado Vallenato que Enseña y Canta. Acorde
con su saber, escogió canciones de bellas letras y sentidas melodías. Piezas
clásicas del folclor de la costa atlántica.
Acompaña su
voz diáfana con el acordeón de Hildemaro Bolaño, entre otros músicos. Parrandas
inolvidables, de Gustavo Gutiérrez Cabello; La muerte de Moralito, de Leandro
Díaz, y La nostalgia de Poncho, de Rafael Escalona, están entre las 12 letras
del disco.
De La espumita
del río, creación de Julio Erazo, compositor guamalero que hasta tangos tiene
en su repertorio, son estos versos sencillos y dicientes:
Ahí te mando mi cariño con la espumita del río
es un pedazo de mi alma que va muriendo de
frío.
Desde la
investigación, el canto y la difusión del folclor caribeño, campos en que
predominan los hombres, Marina Quintero se destaca por su calidad. Es infaltable
en las noches de fines de semana en el espacio “Una voz y un Acordeón”, de la
emisora cultural Universidad de Antioquia, porque de manera grata, como si
conversara con los oyentes, cuenta la historia musical de los pueblos, explica
los aportes de los artistas y relata la historia de las canciones: deja que se
cuele por el micrófono su alma de profesora.
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