(Columna
Río de Letras publicada en el diario ADN, semana del 17 al 23 de noviembre de 2025)
Además
de muertos, noviembre tiene fiestas para quienes bogamos en el río de letras.
El 9 es día del trabalenguas; el 17, de la filosofía, y el 23, de la palabra.
Un
trabalenguas dio título a la novela de Guillermo Cabrera Infante sobre la noche
habanera: Tres tristes tigres. El
autor, infante siempre, jugó con los recursos divertidos del lenguaje:
palíndromos, metáforas… El trabalenguas completo dice: “En tres tristes
trastos, tragaban trigo tres tristes tigres. Tres tristes tigres tragaban trigo
en tres tristes trastos, sentados tras un trigal”.
Unos creen que la filosofía es otra especie de trabalenguas, aunque no use palabras de sonidos similares, difíciles de pronunciar. Ella viaja en los carros de la literatura. No hay obra, simple o compleja, que no incluya un pensamiento. Cómoda, en el auto llamado ensayo, expone con argumentos y demostraciones; en novelas y cuentos explica con las situaciones de los personajes. Todos los hombres son mortales, de Simone de Beauvoir, y Siddhartha, de Hesse, son ejemplos comunes. En poesía es usual hallar a la viajera: Fernando Pessoa, María Zambrano, Julio Flórez, Walt Whitman son cocheros conocidos. Qué tal estas palabras de Sor Juana Inés de la Cruz en Finjamos que soy feliz:
“El discurso es un acero
que sirve para ambos cabos:
de dar muerte, por la punta,
por el pomo, de resguardo.
Si vos, sabiendo el peligro
queréis por la punta usarlo,
¿qué culpa tiene el acero
del mal uso de la mano?"
¿Y la palabra? Es el más grande hallazgo de la especie. Sin ella nada de lo anterior tiene sentido.
El poder de la palabra!!!!
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