(Columna Río de Letras publicada en el diario ADN, semana del 8 al 14 de septiembre de 2025)
Joaquín peña Gutiérrez.
Foto: Laura Isabel Peña Rangel
La reciente novela del huilense Joaquín Peña Gutiérrez, El insomne, es la historia de un hombre que ha muerto; es la historia de una mujer que queda sola; es la reflexión de que la muerte no es el hecho de un momento, sino una elaboración emocional que sucede en la mente, las palabras y las acciones de los vivos, y la confirmación de que toma tiempo el resurgir de los escombros de la soledad.
Si el que deja de respirar viaja a lo desconocido, quien sigue haciéndolo emprende una expedición al interior de sí mismo —un lugar igual de ignoto— donde explora los sentimientos hacia el ser que tuvo al lado y cree haber conocido.
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| Ediciones El Huaco, 2025 |
Así, Esperanza trata de entender la abrupta decisión de Carlos. Los pensamientos, recuerdos y sueños de esta maestra de escuela son una mezcla de rabia, desconcierto y simpatía. Se da cuenta de que la vida es una estafa, sí, porque solo tras el punto final marcado con sangre aparece la disposición para dimensionar la existencia. Y escribe un diario para exorcizar la desazón.
De este lado del libro, uno pretende, como ella, descifrar
la cadena de ideas, más de frustración que de amargura, que se anidaron en el
alma del personaje extinto, un escritor, un hombre solitario aunque mantuviera
acompañado.
El autor acude a la fórmula del narrador
editor: sugiere que el relato es ajeno y él solo se ha ocupado de publicar unos
papeles que llegaron a sus manos.
“Hoy.
Me toca aprender a vivir sin él; así, conforme me tocó aprender a vivir con él.
Esta semana ha empezado horrible. Terrible. Me va a hacer llorar y ya no tengo
ojos.”


Hay lecturas y lecturas en este solitario oficio que nos toca… Pero en esta reseña con las rápidas pinceladas que caracterizan la crítica de Saldarriaga, que fluyen con acierto, nos deja con la avidez de hundirnos en el texto sin posibilidad de escapar del diario que va construyendo la novela.
ResponderBorrarEnhorabuena!
narciso j. hidalgo