jueves, 20 de enero de 2022

Letras de enero


(Columna RÍO DE LETRAS publicada en el diario ADN en la semana del 17 al 22 de enero de 2022)



Extraños en un tren, la novela de Patricia Highsmith, está dedicada “A todas las Virginias”. Pero, según sus notas, fue Virginia Kent, una mujer divorciada, a quien la autora jamás dejó de amar.



Nacida en Texas el 19 de enero de 1921, se convirtió en referente del género negro —ese que mezcla maldad, suspenso, miedo y perversión— desde la aparición de dicha obra en 1950, llevada al cine por Alfred Hitchcock.


Con esta y otras creaciones, como la serie Ripley, Crímenes bestiales y El cuchillo, mostró que el mal suele salirse con la suya, aunque duela aceptarlo. Reñía con encasillamientos como el del género negro, y escribió historias sobre el lesbianismo y el sufrimiento de quienes aman y desean a personas del mismo sexo. Asunto arriesgado en su época, pues los homosexuales, considerados enfermos mentales, eran encerrados y tratados con choques eléctricos. Entre estas historias, publicó El precio de la sal en 1951, con el seudónimo Claire Morgan. La reeditó con su nombre, con el título Carol, en 1989.


La paridora, relato incluido en Pequeños cuentos misóginos, dice:


“Para Elaine, el matrimonio significaba hijos. El matrimonio significaba también otras muchas cosas, naturalmente, tales como crear un hogar, levantar la moral a su marido, ser una alegre compañera, todo eso. Pero sobre todo, hijos… para eso servía el matrimonio, ese era el sentido”.


Alcohólica y misántropa, Highsmith murió en Suiza, el 4 de febrero de 1995. Gozo y busco su estilo directo, sin concesiones a las “buenas formas”, y sus enfoques no convencionales ni sensibleros.

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