200 años de Anne Brontë
La literatura siempre da más de lo que se espera de
ella. Por eso, la menor de las hermanas de Yorkshire, Anne Brontë, halló
en sus obras y en el mundo de ficción que inventó, la felicidad y el bienestar
que la vida le negó.
El 17 de enero se cumplieron 200 años del nacimiento de esta
británica, a quien le bastaron 29 años de una existencia signada por la propia
enfermedad y la muerte de seres queridos, para dejar auténticos clásicos.
Escrita en plena época victoriana, La inquilina de Wildfell es la primera novela feminista de su
país. Cuenta de una mujer que abandona al esposo alcohólico, por la mala vida
que le da. Y Agnes Grey es la
historia de una institutriz y está basada en su experiencia.
Anne Brontë murió tuberculosa. Desde su lecho de muerte, era ella quien
consolaba a su hermana. Estas fueron sus últimas palabras: “Ten valor,
Charlotte, ten valor”.
Sus poemas aparecen en un poemario que recoge piezas de las
tres hermanas, Charlotte, Emily y Anne, titulado Poemas de Currer, Ellis y Acton Bell. Ella se firmaba Acton.
Y para que nos animemos a leer su obra, he aquí un
fragmento de Agnes Grey:
"Refrescada y vigorizada por la brisa, feliz, caminaba por la playa, olvidando todas mis preocupaciones, como si mis pies tuvieran alas y pudiese caminar cuarenta millas sin fatiga, y experimentando una sensación de entusiasmo que no recordaba desde los días de mi juventud."
"Refrescada y vigorizada por la brisa, feliz, caminaba por la playa, olvidando todas mis preocupaciones, como si mis pies tuvieran alas y pudiese caminar cuarenta millas sin fatiga, y experimentando una sensación de entusiasmo que no recordaba desde los días de mi juventud."
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