sábado, 19 de enero de 2019


La Edad Media sigue en el trono
Por John Saldarriaga

Publicada en la columna Río de Letras del diario ADN, el 31 de 0ctubre y el 3 de noviembre de 2018

Ahora, cuando HBO rueda la 8ª temporada de Juego de Tronos y anuncia su estreno, recordamos que la Edad Media ha sido una bodega inagotable de ideas para la literatura actual, así como para el cine y la televisión.
Basada en la heptalogía Canción de hielo y fuego, de George R.R. Martin, esa serie hace parte del género fantasía heroica, con obras como El señor de los anillos, J.R.R. Tolkien; Las Crónicas de Narnia, de C.S Lewis. A este género favorecen la atmósfera y los escenarios rurales de esa época llena de magia, superstición y teocentrismo, así como de pensamiento y ciencia, aunque estos aspectos sean opacados por los primeros. Por la tiranía del cristianismo que se imponía, crecían supersticiones, creencias escondidas y brujería. La Iglesia Católica, en su persecución de herejes, ayudó a construir un imaginario fabuloso, con elementos como los bestiarios, inventarios de animales reales y fantásticos como grifos (cabeza de águila y cuerpo de león), dragones, anfisbenas (dragones con cuerpo de serpiente y dos cabezas), arpías (cuerpo rapaz, busto femenino y cola de serpiente), basiliscos (cabeza monstruosa con cresta de gallo unida al cuerpo con patas y cola de serpiente, que mataban con la mirada y el aliento)…
En poemas épicos como el Cantar de los nibelungos, por ejemplo, de origen germánico, habitan enanos, dragones y elfos; hay tesoros escondidos y reinos en disputa. En obras de caballería cabalgan héroes que combaten, además de bandidos, a gigantes y monstruos. Aparece el amor cortesano, el que no es por convenio sino libre entre dos seres, el cual también es tema que sobrepuebla las páginas y las pantallas de hoy.
En fin, la Edad Media es una despensa fascinante e infinita.

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