(Columna Río de Letras publicada en el diario ADN, semana del 20 al 26 de octubre de 2025)
En ese que llaman “país de la
libertad”, Estados Unidos, actúan y emiten mensajes que lo muestran, más bien, como
imperio de ataduras. Represión, xenofobia, racismo, colonialismo… son sus formas
de relacionarse con propios y extraños.
Ahora, en varios Estados aumentan la
censura de libros. Cien años
de soledad, El diario de
Ana Frank, 1984, La casa de los espíritus, Farenheith 451 (que, por cierto, habla
de una sociedad estadounidense del futuro en la que los libros están
prohibidos y existen “bomberos” que queman cualquiera que hallen para
evitar ideas disidentes)... están entre los casi 7.000 títulos retirados de
bibliotecas y colegios en los últimos dos años. Sectores conservadores señalan que
esas obras abordan temas de identidad racial y de género, migración, sexualidad
y derechos de la población LGTBIQ+... Les huelen a diversidad y esta les parece
peligrosa.
El libro, extensión del cerebro
como dijo Borges, muestra múltiples formas de asumir la realidad. Y las ideas
distintas generan el avance de los pueblos; no la repetición de esquemas, que idiotiza
a las personas y las enfila como borregos al matadero. Los índices
expurgatorios de libros llevan de
vuelta a la caverna.
"Muera el pensamiento, viva
la muerte", consigna surgida en la Guerra Civil Española, es el lema de
los fascistas del mundo. En ese que llaman “país
de la libertad”, los gobernantes les temen a las mentes libres. Los
represores no aprenden. Censurar es ponerle un tapón a un río: un día, la
corriente lo revienta con fuerza inusitada.

Es increíble, y si eso ocurre en el país de la libertad, que le espera a la cultura en el resto del mundo!!
ResponderBorrarprofe, que bello articulo, es una defensa de la historia, de la libertad de pensamiento, de la dignidad por la escritura que cuenta verdades q algunos no quieren saber, gracias
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